23 de febrero de 2012

De la inexistencia

Entre los indómitos pasajes del saber despensado, hay un ánima libre.
Oculta entre ventiscas de inexistencias varias, se revuelve curiosamente grácil, esquivando con tenues movimientos las mas tristes mareas de bruma.
Se dibuja entonces una silueta a lo lejos para quien observa, a la que se puede ver danzar sobre un suelo que no es suelo, y flotar sobre un aire que no es aire.

Conmovido me estrellé contra paredes sesgadas de rabia, y con agua escribí un nombre que no existe solo para estar seguro de que no está.