Ciertas veces, ciertos días, en ciertos momentos, suelen pasar ciertas cosas, no siempre fruto de la buena fortuna, sino por el contrario, hijos de la mas magra suerte. Estas cosas nos desequilibran, nos enojan, nos dan bronca o nos ponen en el medio de una debacle moral, en el fuego cruzado de nuestra mente en el que furiosamente se debaten el "si, estuve bien" y el "no tendría que haberlo hecho".
Y entramos en la maldita duda mientras estos dos luchan, "¿que me costaba no hacer eso?, no lo hacia y ahora no tenía problema" pero hemos de recordar, aún estándonos sumergidos en la mas herviente y destructiva furia, que alguna razón hubo por la que hicimos eso de lo que ahora nos arrepentimos, que de alguna manera si lo hicimos es porque algo nos inspiro, que nos hizo hacerle oídos sordos a nuestro sentido común y nos permitió actuar de esta forma.
Además, recordemos que son cosas que pasan.
Lo curioso es que cada una de estas pequeñas cosas y nuestro posterior arrepentimiento(o no)
ResponderEliminarnos construyen como personas, no te parece?