12 de enero de 2011

Presencias interiores - Segundo Acto

Lo vi y era yo.

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Sus ojos se encontraron con los míos y entonces pude apreciar su profundidad, vi alegría y dolor, pero también enormes cantidades de algo que no pude comprender, algo no bueno. Pero no pude quedarme meditando, en un segundo sentí una puntada en el corazón, directa, seca y certera. El dolor no se hizo esperar, y en respuesta a él no pude hacer más que inclinarme violentamente hacia adelante y tomarme el pecho con las dos manos.

Parpadeé

Allí estaba yo de vuelta, parado y desorientado. Ya no sentía dolor, no, su lugar había sido reemplazado por una inmensa, insondable, inconmensurable tristeza que de la nada caló hasta lo más profundo de mi alma y me quito la respiración.

La forma en la que me sentí en esos últimos cinco segundos podría compararse con morir, sentir el infierno y resucitar… adentro de un ataúd.

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Dejé escapar una lágrima, no pude evitarlo. Mi otro yo lo notó y me miró con una expresión extraña, como curiosidad pero mezclada con… odio…?

Decidí no pensar en ello, tomé la lagrima con un dedo y la tiré lo más lejos que pude. Curiosamente, al tocar el suelo, emergieron del mismo punto tres siluetas grises que nos miraron al unísono - No nos movimos - Bajaron la cabeza y comenzaron a caminar, susurrando y repitiendo sus funestas palabras. A lo lejos pude escuchar a uno repetir - Nunca, nunca, nunca, nunca… -

Un terrible escalofrío recorrió mi espalda.

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Miré a mi silueta y disimulando lo mas que pude le dije

- ¡Buenos días, tardes o noches mi ecuánime compañero! ¿podrías decirme cuál es tu nombre?

Dejó de llorar y me contestó:

- Lamento informarle, desconocido caminante - había un dejo de ironía en sus ojos… - que no tengo nombre.

Lo miré desconcertado

- Sería inútil, déjeme ver ¿podría usted, acaso nombrar el sentir de un amor semi prohibido, palpable pero infinitamente irreal…?

No contesté

- ¿Podrías acaso definir con una sola palabra la experiencia de sentir a la muerte caminando cada vez mas y mas cerca, acortando la distancia con cada exhalación, cada pensamiento, cada milésima de segundo?

Otra vez no supe que decir.

- No creo que puedas, así que bien, yo tengo un poco de ambas cosas, pero para ahorrar palabras y discusiones filosóficas, podés llamarme presencia semitransparente.

Estaba agitado, se notaba que sentía aquello que explicaba. Yo seguí.

- Bien, un placer presencia semitransparente, espero que no le moleste que continúe con mis preguntas…

No dijo nada, pero no se lo vió molesto.

- ¿Por qué sos idéntico a mi?

Dejo escapar una risita.

- Porque yo, mi querido compañero, soy aquello que enterraste en lo más profundo de tu alma, porque soy aquello que es puramente definido por tu ser, por tu existencia, eso que no puede ser adulterado, ¿Cómo podría ser otro? Si mi razón de ser esta clavada en aquel rincón de tu corazón sobre el cual no tenés poder. - Otra risita, como si le hiciera gracia lo que decía.

- Pero… ¿Quién sos?

- Soy el sentimiento primo, el que nació en una milésima de segundo y que tan pronto vió la luz se la quito aquella que no tiene honor ni orgullo, soy el inútil, el que odiaste desde que me viste, soy aquel que se despierta cada vez que me llamas cuando ella se aparece, el que infinidad de veces quisiste matar y no pudiste, el sobreviviente, el que nació para ser libre y esta tristemente encarcelado, el que tiene un objetivo en su vida y ahora mismo, el que esta próximo a morir, desconocido caminante, ese soy yo.

Sus palabras me dejaron helado, pero no puedo detenerme, tengo que seguir preguntando…

- Dijiste que tenias un objetivo ¿podría saber cuál es?

Por primera vez se bajo del cubo gigante en el que estaba sentado y tomo del piso el pequeño cilindro con el cual (me di cuenta más tarde) yo había tropezado minutos atrás. Se agacho y lo puso en posición vertical, y ahí fue cuando lo note por primera vez, increíble que no lo hubiera visto antes.

- A que no te habías dado cuenta - dijo sonriendo

No, no me había dado cuenta, el cilindro tenía dos sombras.

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- ¿De dónde vienen? - Dije asombrado

- La primera de la lógica - señalo hacia arriba.

A lo lejos se podía ver una especie de enorme dado con muchísimas caras que emitía luz.

- Y la otra viene de allá - Y señalo hacia una esfera flotante

Estaba confundido, hasta que esta se movió y dejo ver algo a lo que tampoco había prestado atención antes. A lo lejos, muy a lo lejos, se veía una semiesfera de luz azulada muy potente que me encegueció por un segundo.

La presencia la señalo y dijo ese es mi objetivo.

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No tuve que pedírselo, ambos empezamos a caminar en esa dirección.

- ¿Dónde se supone que estamos? - pregunte yo, luego de caminar por un rato

- Este lugar vendría a ser la parte racional, completamente solida y gobernada por la lógica, un ambiente angular y matemático, repugnante - Se notaba en su rostro que no le gustaba el lugar.

Me sentí intrigado acerca de su odio y él lo notó

- No pertenezco acá, yo nací en la tierra de la abstracción y el sentir, pero cuando entendió lo que representaba me desterró a esta maldita tierra de números y posibilidades.

Intrigado pregunté:

- ¿Quién te desterró?

No respondió.

~

No intercambiamos palabra hasta un rato después, cuando empezamos a notar que había cada vez mas siluetas grises a nuestro alrededor.

De la nada dijo:

- Puaj, siluetas, son lo peor que hay mi querido caminante, son la representación de la oscuridad misma del ser, son los títeres que usan los peores temores para salir de sus cárceles mentales.

Lo mire extrañado.

- Y obviamente que vienen acá, a la tierra del eterno calculo, a vagar por estas tierras comprobando posibilidades y probabilidades hasta que uno crezca tanto que pueda ascender al próximo nivel y pueda cumplir su propósito.

Otra vez lo miré.

- Romper todo - dijo sonriendo.

~

Seguimos caminando.

Después de lo que para mí fue una hora, comenzamos a subir una especie de suave colina y ahí lo vi, todavía a cierta distancia, pero tan nítido que parecía real.

Había una semiesfera, si, pero era transparente, como una burbuja clavada al suelo. La luz venía de adentro, de algo que parecía ser… una silueta…?

Si, era una silueta humana que emitía luz y estaba atrapada en esa capsula. Observé con más atención y noté que estaba de rodillas “mirando” (no podría saberlo, la luz era tan fuerte que solo se distinguía su forma general) en nuestra dirección apoyando las manos contra esa frágil prisión, como rogando salir.

La presencia, que estaba parada a mi lado también notó esto y su rostro cambio repentinamente a una mueca de decepción y profunda tristeza, más profunda inclusive, que la que pesaba sobre mis hombros en ese momento, pero otra vez me pareció que había algo detrás, algo que no podía entender del todo, y otra vez, al afinar la vista me encontré con lo que parecía ser odio.

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- ¿Quién es ese? - pregunte una vez que su expresión se calmó

- Eso, compañero, es mi contraparte, tal y como la noche es la parte del día que no es día, el es la parte mía que no soy yo. El propósito de mi existir es encontrar a este ser igual pero distinto, liberarlo de su eterna cárcel y fundirme con él para mandar nuestro mensaje al exterior, cumplir el propósito por el que nacimos.

- ¿Y qué estamos esperando? - dije entusiasmado y salí corriendo en esa dirección preso de la curiosidad.

- ¡No, idiota! - me gritó mientras me alejaba, pero yo apenas lo escuchaba, tengo que sacar a su contraparte de la burbuja ¡no sé porque pero tengo que hacerlo!

De pronto la presencia se materializo en frente de mi camino y me frenó tomándome con fuerza de los hombros.

- ¡Estúpido!¡no ves acaso lo que estuviste a punto de hacer! - me gritó

Y ahí recién lo vi

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Ahí estaba yo, a diez metros de la burbuja, pero la perspectiva desde donde estaba antes no me dejaba ver. Alrededor de esta, en un círculo perfecto y enorme, giraban cientos y cientos de siluetas grises. Caminaban una pegada al lado de la otra, en una macabra danza de tristeza y temor. No se miraban entre si, tenían la cabeza gacha y susurraban sus tétricos mantras una y otra vez, para siempre.

Esta marea de siluetas se encontraba hundida en el suelo, como si hubieran caminado ahí por tanto tiempo, que sus pasos erosionaron el suelo y los va enterrando cada vez mas en su propia miseria.

- ¿Te das cuenta? Nadie sobreviviría a caminar entre esos seres, te devorarían, crecerían y luego destruirían todo a su paso por todos los niveles - me dijo la presencia.

Y ahí entendí todo, cerca pero a la vez inalcanzable, rodeado por un mar infinito de dudas y temores, él nunca va a poder alcanzarlo, nadie podría, a excepción de aquel que no tema morir.

- ¿Pero porque?¿Como es que pasó esto? - dije consternado

Me miro y totalmente descolocado dijo

- Esto, maldito caminante ¡esto es todo culpa tuya!

1 comentario:

  1. Por dios que groso que sos amigooooo definitivamente la cabra tiene mas y mas sed de leer mas y mas jaaj creo que cuando subas la 4ta te voy a seguir pidiendo mas sos un GROSO desquiciado y lo sabes siis yo te lo digo sos ALTO GROSO. Por dioss que bueno qe es mostrarle esto a la gente y decir eso lo escribio MI amigo jajajajaj por favor te quiero muchisisisimoo y lo sabes te extrañooo muchooo♥

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